El Acuerdo de París es el convenio resultante de la 21ª Conferencia sobre el Clima (COP21), que se llevó a cabo en la capital francesa, en diciembre de 2015. En la citada reunión, los países integrantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se comprometieron formalmente a combatir el cambio climático. Para ello, convinieron en acelerar e incrementar las acciones e inversiones requeridas para lograr un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.
Formalización y objetivo central del Acuerdo de París
Con el objetivo de convertir este pacto en un acuerdo universal y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, se redactó un documento formal con 29 artículos. Dicho documento quedó abierto a la firma el 22 de abril de 2016 en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Posteriormente, entraría en vigor el 4 de noviembre de 2016. Es decir, un mes después de cumplirse el llamado “doble criterio” o ratificación por 55 países que emiten al menos el 55 % de gases contaminantes a nivel mundial. A día de hoy, 191 de 197 naciones ya han firmado el acuerdo.
El objetivo central del Acuerdo de París es fortalecer la respuesta mundial ante el cambio climático y disminuir sus amenazantes consecuencias. Inicialmente, se hace un llamado a mantener el incremento de la temperatura mundial por debajo de los 2ºC. Así como a limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5ºC. Por otra parte, el acuerdo plantea ampliar la capacidad de las naciones para enfrentar los efectos del cambio climático y lograr que las fuentes de financiación sean coherentes con bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
¿Qué se necesita para lograrlo?
El logro de estos ambiciosos objetivos supone el establecimiento de un nuevo marco tecnológico. Esto con la intención de apoyar las medidas que implementen las naciones en desarrollo y las más vulnerables, de acuerdo con sus propios objetivos internos y a partir de allí, gestionar y suministrar los recursos financieros requeridos.
El acuerdo también obliga a todas las Partes (países) a que brinden un informe de forma periódica sobre sus niveles de emisiones y acerca de sus progresos. Asimismo, el documento insta a realizar un inventario mundial cada cinco años. Tal relación servirá para valorar los logros en función del propósito del acuerdo e informar sobre nuevas disposiciones particulares de cada nación.
Lograr la plena operatividad del Acuerdo de París implicó la puesta en marcha de un programa de trabajo para definir directrices, procedimientos y modalidades sobre diversos aspectos. Dicho plan quedó establecido el 2 de diciembre de 2018, al concluir la COP24, en Katowice, Polonia.
Aspectos clave del Acuerdo de París
Las disposiciones del Acuerdo de París plantean con claridad una serie de aspectos claves que reflejan sus propósitos climáticos y las formas de alcanzarlos. En resumen, estos serían:
Temperatura mundial por debajo de 2ºC, objetivo puntual del acuerdo de París
El artículo 2 define la meta de mantener el aumento de la temperatura media mundial en menos de 2°C respecto a los niveles preindustriales. En este sentido, se insta a persistir en las tareas para limitar tal incremento de la temperatura a 1,5°C. Dichos esfuerzos aminorarían los riesgos y consecuencias del cambio climático. Se reconoce que este objetivo es a largo plazo.
Punto máximo de emisiones
Para frenar el aumento de la temperatura como plantea el artículo 2, es preciso que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo lo antes posible. En el artículo 4, las Partes se proponen lograr este otro objetivo. No obstante, se reconoce que las naciones en desarrollo tardarán más en lograrlo. Pero a partir de allí es posible disminuir en menos tiempo las emisiones de gases de efecto invernadero, con base a información científica disponible. Dicha información permitirá equilibrar las emisiones antropógenas por las fuentes y la absorción antropógena por los sumideros en la segunda mitad del siglo XXI.
Compromisos vinculantes
Los integrantes del CMNUCC se comprometen de manera vinculante a planificar, comunicar y mantener una contribución determinada a nivel nacional (NDC). Para lograrlo, cada país deberá implementar medidas a nivel nacional. Igualmente, estas contribuciones nacionales deben ser comunicadas cada cinco años, proporcionando toda la información que se requiera, con la finalidad de lograr la transparencia del proceso.
Con el objetivo de establecer referentes para plantearse metas más ambiciosas, cada contribución determinada consiguiente debe significar un avance superior a la anterior y representará la mayor ambición posible.
Por otro lado, las naciones desarrolladas continuarán asumiendo el liderazgo mediante el planteamiento de objetivos de disminución absoluta de emisiones en todas sus actividades económicas. Mientras que los países en desarrollo mantendrán sus esfuerzos de reducción, al mismo tiempo que se les estimula a continuar con el logro de sus objetivos en el tiempo, considerando las diversas circunstancias locales.
Sumideros y depósitos de carbono
Con la finalidad de contribuir a la reducción de GEI en la atmósfera, el Acuerdo de París exhorta a las Partes a preservar y mejorar, según las circunstancias, los sumideros y depósitos de CO2 referidos en el artículo 4 de la CMNUCC. En concreto los bosques, los océanos y la biomasa, además de otros ecosistemas terrestres, costeros y marinos.
El Acuerdo de París también compromete a las Partes (artículo 5) a tomar medidas para implementar y apoyar las orientaciones y decisiones aceptadas en la Convención para minimizar las emisiones generadas por la deforestación y la degradación de los bosques. Al igual que aplicar recomendaciones de la Convención para la conservación y gestión sostenible de los bosques; así como para incrementar las reservas forestales de carbono en las naciones en desarrollo.
Objetivo mundial de adaptación
En el artículo 7, las Partes plantean un objetivo mundial relacionado con la adaptación. Este se entiende como el aumento de la capacidad de ajuste, de fortalecimiento de la resiliencia y de reducción a la vulnerabilidad al cambio climático. Todo ello con la intención de favorecer el desarrollo sostenible y generar una respuesta de adaptación congruente con el objetivo de reducción de temperatura arriba especificado.
La adaptación es considerada un desafío mundial que involucra a todos, independientemente de las realidades nacionales, locales, regionales e internacionales. La capacidad de adaptación es crítica para producir una respuesta mundial en el largo plazo ante el cambio climático. La finalidad de esta réplica no debe ser otra que proteger a las personas, los medios de vida y los ecosistemas. Por supuesto, sin olvidar las necesidades perentorias de los países en desarrollo especialmente vulnerables a los efectos negativos del cambio climático.
Cada Parte ha de emprender oportunamente procesos de planificación para la adaptación, lo que podría implicar:
- Aplicar medidas, iniciativas y/o esfuerzos de adaptación.
- Formular y ejecutar planes nacionales de adaptación, como el PNIEC en España.
- Monitorizar y evaluar los efectos del cambio climático y el grado de vulnerabilidad de este. Tal revisión servirá para formular medidas prioritarias a nivel nacional, considerando a las personas, los lugares y los ecosistemas vulnerables.
- Vigilar y valorar el cumplimiento de los planes, políticas, programas y medidas de adaptación y la extracción del aprendizaje correspondiente.
- Incrementar la resiliencia de los sistemas socioeconómicos y ecológicos, en concreto aplicando la diversificación económica y la gestión sostenible de los recursos naturales.
Evitar y reducir pérdidas
El Acuerdo de París reconoce (artículo 8) la relevancia de evitar, llevar al mínimo y afrontar las pérdidas y daños vinculados a las consecuencias negativas del cambio climático. Esto incluye los fenómenos meteorológicos extremos y los fenómenos de evolución lenta. De la misma forma acepta la importancia del desarrollo sostenible en la disminución del riesgo de pérdidas y daños. El documento también exhorta a las Partes a reforzar la comprensión, la cooperación, las medidas y el apoyo, incluso mediante el Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y los Daños.
Recursos financieros y tecnológicos
El Acuerdo que analizamos ratifica la obligación que tienen los países desarrollados de apoyar los esfuerzos contra el cambio climático de las naciones en desarrollo. Por igual el instrumento alienta por primera vez la prestación de apoyo voluntario. En la misma línea, el acuerdo oficializa el apoyo del Mecanismo Financiero de la Convención -que incluye el Fondo Verde del Clima (GCF)– al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo. Asimismo, el documento prioriza la cooperación internacional en materia de desarrollo y transferencia de tecnología aplicada, así como al impulso de las capacidades de las naciones en desarrollo.
Educación y sensibilización
El acuerdo puntualiza en la obligación de las Partes a cooperar en la implementación de medidas pertinentes para mejorar la educación, la formación, la sensibilización y participación de los ciudadanos y el libre acceso a la información sobre el cambio climático (artículo 12).
E4e Soluciones contribuye al cumplimiento del Acuerdo de París
En E4 Soluciones contamos con más de diez años de experiencia en el desarrollo de proyectos de autoconsumo fotovoltaico para empresas y autoconsumo compartido para comunidades de propietarios. Además, también promocionamos y construimos comunidades energéticas de ámbito local e industrial. Sin embargo, la expansión de las energías renovables es mucho más que un modelo de negocio para nosotros. Compartimos con quienes suscriben el Acuerdo de París la urgencia por detener el crecimiento de la temperatura mundial y asegurar un futuro sostenible. Pensamos que los ciudadanos, sectores productivos y administraciones públicas debemos unir esfuerzos para enfrentar la amenaza del cambio climático y minimizar sus efectos.
En E4e Soluciones fomentamos la transición al autoconsumo energético como alternativa para lograr calidad de vida y productividad sin depender de combustibles fósiles. El incremento de esta tendencia, garantiza una disminución sensible de las emisiones de GIS, principal causante de los problemas medioambientales.
¿Quieres sumarte al acuerdo de París aportando tu granito de arena?
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