El uso eficiente y responsable de la energía y la transición hacia las renovables es una importante baza para luchar contra el cambio climático y cuidar del medioambiente. La mejor arma para ello es la eficiencia energética.
El Día Mundial de la Eficiencia Energética lleva celebrándose cada 5 de marzo desde que, en la primera Conferencia Internacional sobre la Eficiencia Energética celebrada en 1998 en Austria, se estableciera un día para recordar a la población mundial la importancia de la utilización eficiente de la energía. Aquí las renovables juegan un papel clave.
Según el Informe Anual 2019 de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la tendencia de instalación y potencia acumulada de las energías renovables sigue una tendencia positiva a nivel mundial desde el año 2007, dirigida por la fotovoltaica y la eólica fundamentalmente. Acercando el foco a nuestro país, a nivel europeo España ocupa el quinto lugar en potencia acumulada fotovoltaica según datos de 2018, con 5,1GW.
Agenda de transición energética
Desde que en 2018 un cambio de Gobierno en España se propuso cumplir con los compromisos europeos e instaurar una agenda de transición energética a 2030, el mercado del autoconsumo, energías y proyectos renovables ha crecido en nuestro país. Según el Informe de la UNEF mencionado anteriormente, con este marco favorable se espera que el autoconsumo fotovoltaico se desarrolle a un ritmo de 300-400 MW anuales. Ya en 2018 se instalaron 236 MW nuevos de autoconsumo fotovoltaico, lo que lleva a cifras de potencia instalada acumulada cercanas a los 500 MW.
Objetivos
Los objetivos de la Unión Europea (UE) para 2030 se establecen a un porcentaje del 32% de energía renovable en el consumo bruto de energía final por país en la UE y un 32,5% para la eficiencia energética, con una revisión al alza en 2023. En este 2020 se espera que se supere el récord de potencia fotovoltaica instalada en un solo año en Europa con 24 GW.
La energía fotovoltaica será la fuente de energía más instalada a nivel mundial en los próximos años, una buena noticia de cara al uso eficiente y sostenible la energía. Se convertirá en caldo de cultivo para que la tecnología contribuya a la reindustrialización de España y Europa y las empresas ofrecerán para ello sus capacidades en las diferentes cadenas de valor. El aumento de esta ambición recogerá no solo la velocidad del cambio tecnológico y la reducción de costes, sino la posición de liderazgo de la UE en la lucha contra el cambio climático.
Según la Global Footprint Network (GFN), actualmente se calcula que necesitaríamos el equivalente a 1,6 planetas para alcanzar los recursos que gastamos cada año. Para 2030 vamos a necesitar el equivalente a dos Tierras, lo que podría conducir a un daño significativo en nuestra supervivencia y la de nuestro entorno. El uso de energías renovables y la utilización eficiente de sus recursos requiere de nosotros un proceso de planificación y reconversión. Nos devolverá no solo un planeta menos contaminado, sino un bolsillo más lleno.
Para que el desarrollo de la eficiencia energética no solo del sector fotovoltaico sino del resto de energías limpias continúe en alza, la transición energética debe ir acompañada de un desarrollo industrial planificado que permita alcanzar un crecimiento continuo y estable. Esto es clave para que se traduzca en una actividad empresarial que asegure el empleo y el desarrollo local.
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