La electrificación del automóvil en España va a un ritmo más lento de lo que muchos quisiéramos. A nivel mundial, las ventas de coches eléctricos alcanzaron las 14 millones de unidades en 2023, 3,5 millones más que en 2022. Las proyecciones indican que en 2024 la cifra de ventas llegará a 17 millones de vehículos. Esto significa que los turismos eléctricos podrían representar el 20% del total de ventas al cierre del presente año en todo el mundo.

Como dijimos, en España la realidad es distinta: hasta julio de 2024, las ventas de vehículos electrificados totalizaron las 69.807 unidades, 1,8% menos que lo obtenido en el mismo lapso del año anterior. Mientras que la cuota total se sitúa en el 9,4%, un porcentaje menor al de 2023. Esta situación pone cuesta arriba lograr las metas anuales necesarias para cumplir con el objetivo de disminución de emisiones para 2030, establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

Pero, ¿cuáles son los retos que deben abordarse para lograr una mayor electrificación del automóvil en España? Esta es la pregunta que trataremos de responder a continuación.

Accesibilidad, el primer escollo que debe superar la electrificación del automóvil

A decir verdad, estamos de acuerdo con lo expresado por algunos especialistas con respecto a que el retraso que experimenta el mercado de coches eléctricos en España tiene su origen en varios factores. Pero, el primero de ellos es, sin duda, el precio. El coste de acceso de estos vehículos aún es mayor al de los coches convencionales, aunque a medio y largo plazo resulte inferior. Al respecto, los directores de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) creen necesario desmitificar la percepción de que sólo las personas de altos ingresos son los únicos que pueden comprar estos automóviles. 

Además, existen las subvenciones del Plan Moves III, aprobado por el Gobierno en 2021 y cuyo plazo de solicitud fue extendido hasta diciembre de 2024. Aun así, hay dudas sobre la eficacia de estas ayudas, porque no se otorgan al momento de la adquisición. De hecho, su asignación puede tardar entre 18 y 20 meses o más, dependiendo de la comunidad autónoma. A esto debemos añadir que no existe seguridad en la continuidad de dicho plan después del fin de año.

Otra realidad que afecta a la electrificación del automóvil es lo limitada que es la oferta de coches eléctricos de gama media-baja. Esta condición desmotiva a los compradores potenciales, que terminan decidiendo adquirir vehículos de ocasión. En relación a esto, las cifras son claras: en lo que va del año 2024 ya se vendieron 10.458 coches eléctricos de ocasión. Tal cantidad representa un 68,6% más que en 2023. Sin embargo, el problema no afecta exclusivamente al cliente particular. Para las flotas y ciclomotores tampoco hay suficientes incentivos. Según AEDIVE, la ampliación del Plan Moves III para estos sectores podría ser beneficiosa.

Extender la red de puntos de recarga, otro gran desafío

Ciertamente, otro de los aspectos que más dificultan la expansión de los coches eléctricos en nuestro mercado automotriz es la insuficiente red de recarga disponible. En particular, es preocupante la escasez de puntos de recarga para efectuar trayectos largos. 

A propósito, existen dos tipos de recargas para coches eléctricos: 

• Las rápidas, de 150 a 250 kW, cuya duración es de 18 a 25 minutos.
• Las de oportunidad y destino, que son más largas y que podemos realizar mientras comemos en un restaurante o hacemos algunas compras.

En España, el desarrollo en ambas opciones es muy inferior en comparación con otros países de la Unión Europea. De acuerdo con cifras de 2023, Países Bajos lidera este indicador con 144.453 puntos de recarga públicos. Le siguen Alemania, con 120.625, Francia (119.255), Bélgica (44.363) e Italia (41.114). Más aún, la Comisión Europea pone a disposición de los usuarios un mapa para ubicar dichos puntos en cada país.

A nivel nacional, solo hay 32.422 puntos de recarga de acceso público. Apenas 1.384 son de carga rápida y la mayoría de ellos están en las provincias de Madrid, Barcelona y Valencia. En realidad, hablamos de una infraestructura suficiente para el número de coches eléctricos que circulan en España. Esto resulta un problema para los viajes largos, porque si hallamos un punto de recarga fuera de servicio, no tenemos la seguridad de encontrar otro en funcionamiento a 25 kilómetros.

Para promover la electrificación del automóvil es preciso

seguir ampliando la red de recarga nacional. De esa manera,  será factible alcanzar los 5,5 millones de vehículos eléctricos en España para 2030, objetivo establecido en el PNIEC. Al día de hoy, se calcula que hay unos 500.000 vehículos eléctricos de todo tipo, incluyendo turismos, muy lejos del objetivo planteado.

Enfrentar la desinformación es clave para impulsar la electrificación del automóvil

Aparte de los mencionados desafíos para impulsar el vehículo eléctrico en España, la desinformación es un aspecto que fabricantes, gobierno e instituciones deben abordar. En este sentido, el desconocimiento del funcionamiento y las ventajas de esta alternativa de movilidad, facilita la distorsión de la imagen de la misma. 

Algunos partidos políticos y personalidades influyentes están promoviendo esta “mala prensa”. Al parecer, su propósito es intentar aplazar la fecha de la entrada en vigor de la prohibición de ventas de vehículos de combustión. La misma fue fijada para 2035 por el Parlamento Europeo y aprobada por el mismo organismo en marzo de 2023.

Contener este flujo de información tendenciosa no es sencillo. Parte de los argumentos contra los coches eléctricos tienen relación con el coste y duración de las baterías de litio que los impulsan. Igualmente, insisten en el alto precio de las reparaciones y la sustitución de piezas de recambio y del ya mencionado déficit de puntos de recarga. Toda esta desinformación genera dudas en los compradores potenciales e influye en el aplazamiento de su experiencia con la movilidad eléctrica.

Algunos datos sobre las baterías de coches eléctricos

En particular, el tema de las baterías es complejo y es comprensible su influencia en la electrificación del automóvil. La mayoría de los fabricantes aseguran que su vida útil es la misma que la del coche: entre 15 y 20 años. Por esta razón, es común que la garantía ofrecida sobre todo el vehículo sea de 16.000 Kms u 8 años (lo que ocurra primero). Otros llegan a los 10 años y hasta a un millón de kilómetros. 

Lo cierto es que los costes de recambio, cuando se vence la garantía, varían sensiblemente al determinar si es necesaria la sustitución de módulos o de la unidad completa. Por ejemplo, en el Renault ZOE, la sustitución completa puede costar alrededor de 14.700 euros.

En todo caso, los esfuerzos en investigación y desarrollo que realizan muchos fabricantes pueden generar a futuro baterías con tecnología más avanzada y menor coste.

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