En este artículo vamos ha hablar de un artilugio que acaba con el problema del malgasto que supone el tradicional gesto de abrir el grifo y esperar a que el agua fría salga caliente. Este artilugio se llama  “SmartWater”. Dos fontaneros valencianos constataron que durante esa pequeña espera se desperdician de ocho a quince litros de agua. 

¿Cómo es SmartWater?

El dispositivo es sencillo. Cuando el usuario quiere agua caliente, debe accionar un pulsador instalado junto al grifo.  Automáticamente este se ilumina de color azul, momento en el que el agua que antes se iría por el desagüe se canaliza a un depósito donde queda guardada.

Después de que el calentador haya hecho por fin su trabajo, la luz del botón pasa a ser roja. Por lo tanto indica que el agua caliente está lista para ser usada.

De esta manera, cuando se abre el grifo, el líquido sale ya a la temperatura idónea. Mientras tanto, el agua fría queda almacenada para, por ejemplo, usar el lavavajillas y vaciar el inodoro.

Una sola placa gestiona toda la instalación

Esta placa se coloca en un cuarto de baño y por sí sola sirve para gestionar toda la instalación del hogar.

A ella entran las tuberías de agua caliente y de agua fría. Desde dentro es la que decide cuándo la misma está a temperatura suficiente. El circuito lo completa un depósito complementario en el que se almacena todo el agua no utilizada.

La simple instalación del dispositivo ha demostrado ser capaz de ahorrar el 40% del agua que antes se empleaba en cualquier construcción. Esto quiere decir que si toda España lo instalase en solo un año se llenaría dos veces el pantano de Tous.

Ahorro de energía

Sin embargo, resaltan que lo realmente revolucionario de este nuevo sistema es que, además de agua, ahorra energía.

Este invento no va acoplado al sistema eléctrico de la casa sino que funciona con cuatro pilas doble A, que duran dos años.

Esto ahorra dinero al consumidor. Al mismo tiempo también implica la reducción del 30% de las emisiones de dióxido de carbono.

Según un estudio del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia, el ahorro de agua y luz que propicia el nuevo artilugio hace que su precio sea amortizado en menos de tres años.

Además, según sus cálculos, podría ahorrar:

• 500 euros al año a un domicilio particular.
• 1.000 euros a una peluquería.
• 3.000 a un gimnasio.
• 4.000 a un hotel.

Certificado en España y en EE.UU.

El dispositivo ya ha sido probado en ochenta instalaciones con resultados satisfactorios. Ha obtenido el certificado C en España y el BCC en Estados Unidos.

Por el momento ha sido comercializado en México, Chile y Estados Unidos. También ha recibido propuestas para su instalación en una cadena de hoteles en Punta Cana.

Sin embargo, a los dos valencianos, les “encantaría” que el mercado “masivo” de su novedoso dispositivo fuera España.