De cómo una torre de 11 plantas cambiará de «E» a «B» en su certificado energético
«Podemos vivir en un edificio de referencia de la arquitectura del siglo XXI gracias a la rehabilitación eficiente». David Arias habla con mucha pasión de un proyecto que va a suponer un antes y un después de su vivienda. La comunidad de vecinos en la que vive ha sido seleccionada en el concurso Madrid Renove, una iniciativa del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) dentro del proyecto Madrid Think Tank para realizar una rehabilitación integral energética. «Se trata de una torre de 11 plantas construida en 1967. El certificado energético le da una calificación de la letra E, que podría llegar a ser una letra B», explica Pilar Pereda, secretaria de la junta de gobierno del COAM.
Mejorar la envolvente, instalar un aislamiento térmico exterior de 8 centímetros, cambiar los vidrios y marcos por otros de PVC, sustituir la caldera por otra de última generación o incorporar una instalación solar térmica para el agua caliente son algunas de las medidas que podrían llevarse a cabo para que este edificio madrileño, ubicado en el esquinazo del paseo de la Ermita del Santo con la avenida del Manzanares, sea un buque insignia. «Es un prototipo para que la ciudadanía entienda que una rehabilitación integral energética no es fácil, pero sí posible y accesible, social y económicamente», añade Pereda. Integral porque se mejora el edificio como unidad, «huyendo de la mal denominada rehabilitación energética con ayudas parciales para sustituir equipos o ventanas que no han resuelto en absoluto el problema de ahorro de energía. El reto que tenemos que asumir es el del consumo de energía casi nulo», añade esta arquitecta.
El proyecto Madrid Renove es además un ejemplo de colaboración público-privada, apoyado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), el Ayuntamiento y la Comunidad madrileños y el Ministerio de Fomento, y por empresas como Gas Natural, Orona, Saint-Gobain, Fernández Molina Obras y Servicios, Grupo Lledó y la Fundación ONCE.
Todo empezó el pasado septiembre, cuando los 46 vecinos de esta torre —44 propietarios y 2 locales— organizaron una junta extraordinaria: «Solo en el primer semestre habíamos gastado en calefacción lo mismo que en todo 2012, unos 26.000 euros. Esta y la portería representan el 70% de los gastos de comunidad», explica Arias. Arquitecto técnico-ingeniero de edificación, se había enterado de la iniciativa del COAM y la introdujo como orden del día con un propósito: convencer al resto de que el proyecto mejoraría el confort de la vivienda y, de paso, ahorrarían. «Que el vecino de la fachada norte y el de la sur [la torre tiene cuatro orientaciones] estemos a gusto y paguemos proporcionalmente, algo que hoy no sucede», explica este representante vecinal del proyecto que califica de «toda una aventura».
Uno de los requisitos para ser la comunidad de propietarios elegida era contar con el apoyo unánime de los vecinos —»solo hay un par que se oponen», aclara Arias—, y la pregunta que se hacen todos es cuánto les va a costar en tiempo y en dinero. La semana que viene se abrirá un concurso de ideas arquitectónicas para buscar la mejor solución, lo que marcará el plan económico y la envergadura final de la obra.
La idea es que las obras duren unos nueve meses y a principios de 2015 esté todo terminado. Y a falta de conocer la letra pequeña, Pilar Pereda estima que la inversión total —sin cerramiento de terrazas— ronde el millón de euros, de los que en torno al 40%-50% correría a cargo de los vecinos vía préstamos. Este porcentaje podría reducirse si se suman los descuentos de los patrocinadores.
Madrid Renove tiene como ventaja que se financia con ayudas públicas a la rehabilitación energética —subvenciones del IDAE y del Proyecto CLIMA de compra de emisiones de CO2 de Medio Ambiente—. Así, el primero ha abierto una línea de 125 millones de euros para mejora de la eficiencia energética, distribuidos a partes iguales en cuatro partidas: una, para la envolvente térmica, con un 30% a fondo perdido y hasta el 90% con un préstamo reembolsable a euríbor + 0 [se requiere un aval del 20%] a 12 años; otra partida es para las instalaciones térmicas y de iluminación, y otras dos, para sustitución de energía convencional por biomasa o geotermia, con préstamos reembolsables. «El objetivo es que, entre ayudas y otras formas de financiación, consigamos que la cuota salga por poco más de los 150 euros que pagamos ahora. Y si además logramos publicidad permanente en el edificio, puede incluso reducirse», asegura Arias
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